martes, 10 de agosto de 2010

Cuando llega la tarde…

Cuando llega la tarde, regreso a mi casa y entro en mi estudio. Dejo en la puerta mi ropa de trabajo, cubierta de barro y polvo, y me cubro con ropajes regios y suntuosos. Así, apropiadamente vestido, penetro los viejos palacios de los hombres antiguos y ellos me reciben con afecto. Allí me nutro de un alimento que me pertenece y para el que he nacido. Allí no me avergüenza hablar y preguntarles las razones de sus acciones. Ellos, con generosidad, me responden y por cuatro horas no siento aburrimiento, olvido todo problema, no lamento mi pobreza, no tengo miedo a la muerte y me entrego por completo.

Me gustaría ser el autor de estas palabras -pues expresan con singular belleza un sentimiento que comparto- pero proceden de una carta de Maquiavelo a Francesco Vettori, escrita en Florencia, el 10 de diciembre de 1513. Hace un tiempo intentaba explicar en esta página qué es el humanismo. Maquiavelo lo hace mucho mejor en este párrafo: El humanismo es el diálogo con los clásicos.

2 comentarios:

Jeremias Rodriguez dijo...

Bellísimo (es la palabra que viene a mi mente al leer este fragmento del cual, sin dudas, también me hubiera encantado ser el autor) y desconocido hasta el momento. Gracias por este aporte!

Saludos!

Esteban Luis Pillado Ruibal dijo...

Comprendo perfectamente la explicación de humanismo, me golpea la de Maquiavelo y me hace pensar que el humanismo es atemporal, que está bien una explicación científica de él, porque algún día fue descubierto, pero el humanismo existió desde siempre, por lo tanto desde mi perspectiva el humanismo es simplemente vivir en armonía con el entorno en la escala de menor a mayor. Ser humanista es que te importe el "otro" en su amplia definición. ELP